Almacén de emociones

¿Te has preguntado por qué eres más sensible ante ciertos temas, comparado con otras personas?

Por: Carlos Castro

¿Te has preguntado por qué eres más sensible ante ciertos temas, comparado con otras personas?

Tal vez te desesperan los malos hábitos de tus compañeros de oficina o te indigna la pasividad del entrenador de futbol de tu hijo. Quizá no te sientes satisfecho con la forma en la que tu esposo y tú han atendido a los niños, ¿o eres tú el que siempre propone mejoras para la ambientación del espacio de trabajo?

¿Hay ciertos temas que te sacuden por dentro, que hacen que te “piquen las manos”, que te causan conmoción o te aceleran?

Déjame compartirte un consejo valioso que me dieron hace un par de meses, con el que he de recordar este año.

En mi carrera como psicoterapeuta he atendido a algunas personas cuyas vidas han cruzado por experiencias muy dolorosas, injustas e indeseables. Si bien el trabajo psicológico es muy satisfactorio para mí, hay ocasiones en las que estar tan de cerca de una realidad cruda y fría, aunque ajena, toca fibras muy profundas de mi ser. Eso me ha generado momentos en los que me pasmo ante la crueldad que un humano puede ocasionar a sus semejantes (asesinatos, abusos sexuales, trata de personas, abandonos, traiciones).

Me encontraba en un estado así, de “shock”, cuando hablé con mi amiga Yeeyeetzin Páez, psicóloga activa en la asistencia social. Habíamos tenido un día largo, de mucho trabajo, de idas y vueltas, atendiendo a personas muy valiosas. Había caído la noche y llenábamos reportes de protocolo. Empero hay ciertas cosas que no pueden explicarse en un reporte -y tampoco en una plática corta- así que ella me escuchó, atenta y sensible, mientras yo le expresaba mi impotencia, mi indignación ante la injusticia y emociones densas que experimentaba.

Terminamos los reportes, guardamos nuestras cosas y nos retiramos a nuestras casas.

Más tarde me mandó un mensaje, al final del cual había algo totalmente revelador para mí.

“Tienes la oportunidad de, eso que sientes, convertirlo en grandes proyectos”, decía.

Amigo lector, ¿tienes una mejor idea de cómo darle dirección a una emoción, que no sea aterrizarla en una acción que apunte al cambio?

Las hormigas almacenan hojas para generar hongos, las ardillas guardan semillas en preparación del invierno. Las personas guardan emociones por años, las dejan añejar, las conservan en preciados frascos con almíbar y luego las guardan en un almacén secreto. Lo malo es que no existen frascos herméticos para las emociones viejas y éstas expiden sensaciones adversas que dañan la apreciación de la vida y de las relaciones personales.

No. Algunas sensaciones no te llegan para ser coleccionadas, sino para cambiarte y llevarte a hacer cosas que solo tú podrás hacer. Son como semillas que, por alguna razón, se siembran en ti, siendo tú el responsable de darles agua y sol, y todo lo que necesitan para crecer y dar su fruto. No serán capaces de crecer en nadie más. Están sembradas en ti y tú decides lo que harás con ellas.

¿Por qué en ti?

Tienes una vida para descubrir la respuesta.

Carlos Castro

Creo en el cambio y lo busco con intencionalidad, por ello hice la licenciatura en Psicología (Xalapa, Veracruz) y estudié la maestría en Psicoterapia (Cancún, Quintana Roo). Fue increíble trabajar para el Estado de Nuevo León durante 2014-2016 como Supervisor de proyectos sociales, Psicólogo de adultos mayores, y atendiendo a la selección deportiva estatal. En 2016 volví a Xalapa para coordinar el departamento de psicología de la Casa Hogar del estado de Veracruz, de la cual me retiré como director en 2017. Actualmente atiendo proyectos sociales, doy psicoterapia y practico triatlón.

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