Automedicación puede desarrollar glaucoma, padecimiento que lleva a la ceguera

La automedicación puede desarrollar glaucoma, un padecimiento que lleva a la ceguera, por lo que es necesario un diagnóstico oportuno por un especialista, indicó la cirujana oftalmóloga de alta especialidad, Hannel Maldonado.

Un gran porcentaje de la población mexicana recurre a cualquier medicamento ante algún problema en los ojos, situación que puede generar una enfermedad irreversible, señaló en una entrevista con Notimex la expresidenta del Colegio Mexicano de Glaucoma.

Al ponerse estas gotitas que generalmente contienen esteroides o cortisona, y lo hacen de manera constante, pueden provocarse cataratas y glaucoma”, aseguró la oftalmóloga.

Aunque no existieran indicios previos de esta enfermedad en los pacientes, el uso de estos medicamentos se convirtió en uno de los principales factores de riesgo, resaltó.

“A veces la mamá que tiene a su hijo enfermo acude a cualquier farmacia donde le ofrecen unas gotas con cortisona –un desinflamatorio-, sin saber que a pesar de su buena fe está ocasionando un mal al niño”, mencionó.

Maldonado lamentó que en un país como México autorecetarse se convirtió en una actividad común, “porque es muy frecuente que cuando tienen molestias oculares la vecina o alguna amiga o alguien opine y le envíe gotitas o lo que sea”.

Por ello, exhortó a la población a acudir de manera directa con un especialista del área de la oftalmología ante cualquier problema que aparezca en la zona de los ojos.

Se estima que en México 1.25 millones de personas tienen glaucoma, una enfermedad que proviene del nervio óptico.

“Imagínate al ojo que tiene un cable atrás que nos conecta con el cerebro, ese cable está formado por millones de fibras nerviosas, ese nervio por alguna razón deja de recibir sangre, las fibras sobre todo las periféricas comienzan a morir y entonces el campo visual se empieza a cerrar”, manifestó.

La especialista dijo que esta situación provoca que en casos muy avanzados se presente dolor ocular ocasional o constante en la parte superior de la cabeza, así como la sensación de observar arcoíris o halos alrededor de los focos.

“También se presenta la disminución de la agudeza visual, sobre todo cuando van manejando, pues empiezan a perder la proporción en los retrovisores o de repente se tropiezan en los escalones porque no tienen una buena visión periferia”, refirió.

 

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