Efectista mexicano colabora en el rodaje de «Spectre»

Hablar de efectos especiales en el Séptimo Arte siempre remite a las grandes explosiones, impactantes tormentas o interminables peleas con y sin armas; sin embargo, este rubro, uno de los más complejos a la hora de filmar, es fundamental, pues un error y todo puede acabar.

Arturo Vázquez, quien es uno de los especialistas más reconocidos en el rubro, conversó sobre la complejidad de su trabajo que por más de 30 años ha ejercido, un oficio que le heredó a su padre Miguel Vázquez Mayén.

Amplios talleres en los que se pueden encontrar camionetas de todo tipo, armamento de bajo y alto calibre, poleas, pistones de aire, tablones y utilería en toda su dimensión forman parte de las herramientas de Arturo Vázquez en el desempeño de su especialidad.

Desde temprana hora, el entrevistado asegura estar listo para iniciar una aventura más en los sets de filmación, pues además de haber leído y repasado las escenas que se plasmarán en la pantalla, lleva a cabo un trabajo de mesa con el resto del equipo para evitar errores.

«Nada se deja a la imaginación, yo previamente reviso el guión y hago llegar mis ideas a la producción, así como el presupuesto y una vez que se autorizan, comienza el trabajo en los talleres donde siete personas realizan las ‘adecuaciones’ para cumplir con lo requerido», comentó.

Sin embargo, reconoció que en los efectos especiales nada debe subestimarse, porque a veces lo que parece fácil es lo más complicado, «hacer un cortocircuito parece fácil, pero hay que checar los suministros de luz, que el efecto sea preciso para que cuando la persona apriete el interruptor se produzca el chispazo».

Recordó que trabajar con simulaciones de clima siempre resulta complicado porque no es controlable, «puedes tratar de reproducir una neblina, pero no se controla el viento, entonces es muy complicado».

Añadió que a diferencia de una volcadura de auto, se pueden prevenir situaciones porque se cuenta con rampas y morteros de aire que apoyan a que el vehículo se eleve.

«Hay que revisar bien lo que se va hacer, colocar los equipos en su lugar y estar muy pendiente de la escena», recalcó el especialista de efectos especiales, quien ha colaborado en series como «El mariachi», «Señorita pólvora» y «El Dandy», entre otras.

Además, ha sido requerido en otros países de América Latina para asesorar la realización de series y películas, situación que ha obligado a Arturo y su empresa a estar a la vanguardia en cuanto a la tecnología.

Vázquez comentó que en algunas de las bodegas de su empresa tiene grandes contenedores de agua que son utilizados para recrear tormentas, inundaciones y hasta tsunamis, «estamos a la vanguardia y podemos competir con los mejores en cuanto a efectos especiales se refiere».

Destacó que por ello también han buscado constantemente renovar sus equipos de trabajo, como es el caso de las armas, y que tras varios años lograron obtener los permisos correspondientes ante las autoridades federales correspondientes.

«Hoy en día tenemos cerca de 600 armas de utilería que resguardamos celosamente, ya que no se puede jugar con ellas, darles mantenimiento y deben estar en un cuarto especial y blindado», apuntó el efectista, quien con estas armas apoya a la producción de «Spectre», la saga de «James Bond», y series como «El señor de los cielos».

«Tengo años de experiencia y he aprendido a que la concentración es la base de este oficio, porque una pieza mal colocada o un cable detonado antes de tiempo no sólo me cuesta la vida a mí, sino a decenas de personas», explicó.

«A veces todo es tan mecánico que puedes cometer errores, por eso no debes tener exceso de confianza», añadió Vázquez, quien actualmente se encarga de apoyar con los equipos de armas para «Spectre».

Vázquez admitió que ser efectista es apasionante, por ello abandonó la carrera de Contaduría y está dedicado a su actual actividad, que la mayoría de las veces no es estimulada y reconocida.

«Es muy noble el hacer efectos especiales, cualquiera que tenga un oficio sirve en estos menesteres, necesitamos de todo, porque lo mismo podemos recrear un avionazo que una volcadura y las tarifas giran en función de lo que necesite la producción y qué tan difícil sea conseguir el material», explicó.

«No hay imposibles, porque hay mucha creatividad», aseguró Arturo Vázquez, quien a sus 49 años y con tres décadas en la especialidad, no pierde la capacidad de asombro al ver reflejado el trabajo en la pantalla grande.

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