Multas y arrestos a quien no use cubre boca

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Por: Israel Velázquez

Una fotografía muestra a la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco enfundada en una blusa roja, cabello suelto, pantalón negro, guantes blancos y cubre bocas.

Saluda con el antebrazo a una mujer sentada frente a un escritorio, con cubre boca, blusa color vino, el cabello suelto y también guantes blancos. En el fondo, sentado detrás del escritorio, un hombre con careta atestigua el saludo que intenta seguir los extraños protocolos propios de estos tiempos..

La estampa bien podría pasar como una más en la que un funcionario público intenta mandar el mensaje a sus ciudadanos del comportamiento que se debe seguir en una pandemia como la del coronavirus. Mas no es el caso: de un gobernante se espera que siga los protocolos que en este caso dictan las autoridades de salud, sí; pero también que actúe, que asuma la responsabilidad que le corresponde para que los ciudadanos vivan en mejores condiciones aun en pandémicas circunstancias.

La ciudad de Puebla, esta que gobierna Rivera Vivanco, tenía hasta el lunes 6 de julio 7 mil 863 contagios de coronavirus y 887 muertes; con cifras mucho menores, el cabildo de Toluca, ciudad que al domingo sumaba 2 mil 813 casos positivos de coronavirus, asumió el lunes 7 de julio la responsabilidad de imponer multas de 2 mil 606 pesos y arrestos inconmutables de hasta 23 horas a las personas que no utilicen cubre bocas en espacios públicos.

Matemáticas básicas: Puebla tiene 5 mil 50 casos más de contagios que Toluca y no se ve, como dicen por ahí, que haya voluntad política para tomar decisiones que ayuden a los ciudadanos en esta contingencia para la que, lo sabemos ya, nadie estaba preparado.

La pasividad para la toma de decisiones se asoma hasta en el tercer piso de la Secretaría de Administración del Ayuntamiento, donde hasta el 10 de junio había dos casos comprobados de covid-19 y así estaban haciendo trabajar de forma presencial a la gran mayoría de empleados; fue también hasta esa fecha que Ilse Stephani Sánchez Domínguez, directora de Recursos Materiales y Servicios Generales de la secretaría, comenzó a usar el cubre bocas, a pesar de que el 15 de mayo se les giró un oficio en el que se señalaba la obligatoriedad de su uso “para todo el personal que se encuentre en funciones dentro de esta Secretaría de Administración (…) se hace de su conocimiento que no portar cubre bocas representará una causal de responsabilidad administrativa”.

Volvamos a Toluca: el cabildo determinó que se considerará falta administrativa “negarse al uso obligatorio de cubre bocas en la vía pública o establecimientos comerciales o de prestación de servicios, así como a bordo del transporte público que circule en territorio municipal”.

El municipio, primer nivel de gobierno con el que los habitantes de cualquier ciudad tienen contacto, es el que puede y debe ayudar a entender la gravedad de la pandemia, por una simple razón: los decretos del gobierno del estado no tienen carácter coercitivo, pero el cabildo de Puebla sí puede fijar sanciones administrativas porque a) existe una Ley Orgánica Municipal; b) existen facultades de la presidenta municipal consagradas en la Ley Orgánica Municipal; c) ¿o acaso no existe una regiduría de Industria y Comercio?; d) si existe, la regiduría de comercio, o lo que se le parezca, es el órgano facultado incluso para clausurar establecimientos que incumplan con lineamientos que dicte el municipio.

No basta, a estas alturas, que la presidenta municipal pretenda que los empresarios firmen un acuerdo en el que se comprometen a reabrir hasta que el semáforo epidemiológico cambie a naranja. Quizá si sus asesores revisaran el artículo 80 de la Ley Orgánica Municipal que señala que los reglamentos municipales que se expidan “contarán con la siguiente materia de regulación normativa” y luego fueran a la fracción tres en la que señala: “preservación del orden público como requerimiento prioritario de la sociedad, en los aspectos de seguridad personal y patrimonial, de los habitantes del Municipio, salud pública, vialidad, esparcimiento, cultura, desarrollo urbano, el derecho a una vida libre de violencia, la implementación de acciones afirmativas hacia las mujeres, y demás aspectos fundamentales de la vida comunitaria”.

La fracción quinta indica: “regulación de la satisfacción de urgencias colectivas y procuración del bienestar, señalando prohibiciones e imponiendo obligaciones a los particulares cuyas actividades signifiquen obstáculos para la consecución de las finalidades del orden social y administrativo del municipio”.

Los gobiernos estatal y municipal deben entender que las personas son más importantes que las pugnas y aspiraciones políticas, que los contagiados y los muertos por el coronavirus son personas, que también son personas los empresarios que se quedan sin sus negocios y personas son quienes pierden sus empleos.

Bueno, pues eso…, aunque quizá ya sea demasiado tarde porque el coronavirus está matando a los poblanos, y también a la economía de la que fue considerada como una ciudad pujante en turismo, por ejemplo, y en esas circunstancias, la foto saludando de codito es lo de menos.

Al margen

Las ventas de Volkswagen no paran de caer. El reporte que este día da a conocer el INEGI indica que la automotriz asentada en Cuautlancingo vendió 5 mil 454 unidades, lo que representa una caída de 51.7 por ciento con respecto de los 11 mil 303 autos vendidos en junio de 2019; en el acumulado enero-junio, la caída es de 33.3 por ciento al pasar de 68 mil 238 el año pasado a 45 mil 520 en este 2020. La producción en el primer semestre de este año fue de 106 mil 707 unidades, una baja de 54.4 por ciento con respecto de las 234 mil 190 unidades producidas en el mismo periodo de 2019.

Tips: @IsraelV_mx e israelvelazquez@gmail.com

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