De: Control

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Por: Alejandro Villegas

El ciudadano presidente confirmó que habrá una reforma administrativa para eliminar a los organismos autónomos. Va contra las instituciones que han desacatado sus designios. Quiere el control absoluto en el país.

Lejos de atemperar su ira, tras la determinación del tribunal electoral, en el caso de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, se incrementa.

No quiere coordinación, sino sumisión y control absoluto de las instituciones, no sólo del INE y el TEPJF, sino del INAI y similares. En suma, erigirse como el gran decididor del país.

Los ubica como adversarios que deben ser aniquilados, en una suerte de refundación de la nación, para construir desde sus cimientos una estructura servicial.

Advierte que buscarán ajustar el gobierno a las nuevas circunstancias que obviamente se dan en un escenario en el que él dicta línea como sucede con el Legislativo. Una parte de la 4T de la que poco se habló pero que a la luz de los acontecimientos se antoja imprescindible.

Acusa a los integrantes de los organismos autónomos de defender intereses creados y, en general, incluso de ampararse para ganar más que el presidente.

Ello, por supuesto sin dejar de lado sus acusaciones del pasado, con las que busca justificar su decisión, aunada al cuestionamiento a las instituciones que han expresado su inconformidad y los riesgos de algunas de las medidas adoptadas por la 4T.

En consecuencia, independientemente de los resultados del proceso electoral del 6 de junio, el ciudadano presidente impulsará a la brevedad la reforma administrativa que requiere, incluso si es necesario con periodos extraordinarios.

No cabe duda que el ciudadano presidente tiene fobia por los organismos autónomos y filia por la sumisión.

Desafuero

La suerte del gobernador de Tamaulipas está echada, el viernes se decidirá en una acción de simple trámite, su desafuero, luego de que la sección instructora determinó la procedencia del caso, en tanto que optó por dejar en la congeladora el caso del diputado Benjamín Saúl Huerta, en un abierto desacato de la línea trazada desde Palacio Nacional.

Habrá que ver, en corto plazo, si el ciudadano presidente se da por satisfecho o de plano la emprende contra los legisladores, aunque en el mediano plazo, a más tardar el 1 de septiembre el hoy legislador perderá la protección constitucional de la que goza por el momento.

Por el momento, el ciudadano legislador se defiende como buen abogado descalificando a sus acusadores, además de presentarse como víctima de una conspiración que buscaría minar, desde su particular óptica, al gobierno del ciudadano presidente.

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