Pobreza en Puebla: la promesa no cumplida

Recuerdo perfecto la tarde de aquel 31 de mayo de 2010. Era la recta final de la campaña por la gubernatura y el Centro de Convenciones estaba literalmente atascado de gente.

Me costó trabajo abrirme paso hasta llegar a una zona donde viera bien y estuviera cerca de una bocina para grabar. Para cuando logré colocarme, Rafael Moreno Valle ya hablaba.

Como buen candidato, ofrecía sacar a Puebla del atraso y la pobreza. Afirmaba que el priismo no había hecho nada para sacar a Puebla del rezago y prometía que, con los indicadores de Coneval en la mano, se demostraría que sí se puede mejorar las condiciones de vida de la gente.

Ciudades rurales, un fondo de proyectos productivos y un programa de «hambre cero», eran parte del plan para eliminar el problema.

«Seré el mejor gobernador que Puebla haya tenido… ¡Cumplo mis compromisos o me voy!», gritó al tiempo que los entonces dirigentes del PAN, PRD, PANAL y Convergencia aplaudían.

Pasaron cinco años desde entonces. Rafael Moreno Valle se convirtió en gobernador y Coneval ha emitido dos mediciones de pobreza. Ninguna ha sido realmente buena para el estado.

En 2012, Coneval no solo ubicó a 64 por ciento de la gente en algún nivel de atraso o al estado en el tercer lugar del ranking, también ubicó a la capital entre las ciudades del país con más personas en rezago social.

Aquella ocasión, el gobierno usó el bono político que da ser «recién llegado» y puso la culpa en el marinismo y en el uso electoral de los programas. Aseguró que los resultados se verían un par de años más tarde.

Este jueves, Coneval dio nuevas cifras y ahora, tampoco hubo realmente buenas noticias. 64 de cada 100 poblanos siguen pobres y aunque se redujo la pobreza extrema, la clase media también se contrajo y sumó a 80 mil ciudadanos a las filas del rezago.

Tal vez el mayor «logro» fue pasar del tercero al cuarto lugar en la lista de los 32 estados y frente a esto, el gobierno sostiene que su política social ha sido exitosa, que el problema se ha contenido mientras en otros lados creció.

Pero contener el asunto no fue la promesa del que sería el mejor gobernador del estado, tampoco es «lo mejor» que, se prometió hasta el cansancio, estaría por venir. La oferta por la que se votó era transformar el rostro de Puebla y el atraso en progreso.

¿Cómo podía alcanzarse la meta si el presupuesto para las funciones de desarrollo social se contrajo más de 30 por ciento (algo así como 18 mil millones de pesos en el primer año) durante el primer tercio de la administración?

La recuperación de los fondos ha sido paulatina, sí; hoy hay 47 mil millones invertidos en el tema, también; pero se perdieron dos años de inversiones y lo que jamás vuelve es el tiempo.

Además, los programas no han tenido seguimiento. Cambian de un año a otro. Las ciudades rurales se abandonaron y se convirtieron en centros integradores de servicios, la pensión para adultos mayores desapareció pretextando una dualidad con los programas federales y el programa «hambre cero» nunca empezó como tal.

Al día de hoy, solo funcionan tres proyectos y dos de ellos, enfocados a la vivienda, son subsidiados por la Federación.

Por si fuera poco, la inestabilidad también se ha visto reflejada en la rotación constante de titulares de la Sedeso. Myriam Arabián, Mario Rincón, Salvador Escobedo, Luis Banck y José Luis Soberanes han estado en la silla. Podríamos decir que es uno por año, sin contar a los encargados de despacho.

Por cierto, me llama la atención que El Sol de Puebla haya publicado una entrevista exclusiva sobre la evaluación del Coneval con Luis Banck, hoy secretario de Infraestructura. ¿Para qué hay, entonces, un secretario del área?

El gobierno poblano ha apostado (y no tiene empacho en decirlo) en aumentar la infraestructura y los servicios; pero ya quedó demostrado que eso no le pone un pan en la boca a la gente y aunque ayude, el beneficio es mínimo. Ahí están los números.

Resulta urgente que haya, en la recta final de la gestión, un cambio radical en esta política y que el mini gobernador que vendrá, dé continuidad al tema. Sin reinventarse en un año y ocho meses.

De lo contrario, en 2016 que venga la nueva medición de Coneval, este estado seguirá en las mismas condiciones y lo mejor, tristemente, jamás llegará.

Guillermo Castillo

Tengo 11 años de experiencia periodística y sigo aprendiendo. He colaborado para Cómo?, ABC Radio, Milenio, Diario El Popular, Radio Oro, Urbano Puebla y MVS Noticias. Hoy dirijo En Vivo Mx. El camino andado sólo sirve para dar el siguiente paso.

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