Viven 62% de poblanos en pobreza, revela Coneval
Puebla se convirtió en el tercer estado con más personas en pobreza en los últimos dos años, muestra el estudio de Coneval.
Por: Guillermo Castillo | Foto: Coneval
Entre 2018 y 2020, al menos 380 mil 300 poblanos engrosaron las filas de la pobreza, reveló el último estudio de la Comisión Nacional para la Evaluación de Políticas Públicas de Desarrollo Social (Coneval).
Según la más reciente medición de la pobreza, al cierre del año pasado, 4 millones 136 mil 600 poblanos se encontraban en precariedad.
Esto, representa un 4.4% más que en la medición anterior (2018), cuando la cantidad era de 3 millones 756 mil 300 personas.
Además, la cifra actual es equivalente a 62.4% de la gente que vive en el estado.
Con esto, Puebla se coloca como la tercera entidad del país con más porcentaje de gente pobre, sólo por debajo de Chiapas y Guerrero, donde 75 y 67% de la población se encuentra en pobreza, respectivamente.
Crece la pobreza extrema
La pobreza extrema también ha aumentado en Puebla, en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador y a pesar de sus programas sociales.
El estado reporta actualmente más de 844 mil personas bajo estas condiciones, lo equivalente a 12.7% de su población.
Sin embargo, en 2018, la evaluación fue de 542 mil poblanos en miseria, es decir, un 8.1% de la gente.
Las mayores carencias
La mayor carencia que existe en el estado es de seguridad social, ya que ya que 68.9% de los poblanos no tienen acceso a esto.
Sin embargo, a nivel nacional, donde se ha recrudecido la pobreza es en la falta de recursos en las familias para poder alimentar a sus habitantes.
Esto, una vez que las familias obtienen ingresos monetarios por debajo de los 4,300 pesos por persona al mes; lo que representa un retroceso de, al menos, 200 pesos respecto a 2018.
De acuerdo con el Coneval, más de la mitad de la población del país, casi 67 millones de personas, enfrentan dicha dificultad en la actualidad.
Adicionalmente, en el año de la pandemia se observaron retrocesos en el acceso de los mexicanos a la educación y a una «alimentación nutritiva y de calidad».
