Cuba y Estados Unidos restablecen relaciones diplomáticas

Cuba y Estados Unidos decidieron restablecer relaciones diplomáticas y romper el círculo vicioso de cinco décadas y media de desencuentros en una histórica y sigilosa negociación del más alto nivel.

Los presidentes Barack Obama (Estados Unidos) y Raúl Castro (Cuba), estremecieron este miércoles al mundo con el anuncio casi simultáneo de que al fin podría desaparecer el último vestigio de la Guerra Fría en el Hemisferio Occidental.

El ex contratista estadunidense Alan Gross, quien cumplía 15 años de prisión en Cuba, y los tres agentes cubanos encarcelados desde 1998 acusados de espionaje, ya están de regreso en casa junto con sus respectivas familias.

En comparecencias televisadas en ambas capitales, que generaron amplia reacción en todo el mundo, la Casa Blanca anunció nuevas medidas para descongelar la relación y La Habana, al saludar el gesto, recordó que aún queda el obstáculo del embargo economico a la isla.

El Vaticano, en particular el Papa Francisco, y Canadá jugaron un papel especial para lograr lo que en muchas capitales de América Latina se califica como un “hecho histórico” con gran repercusión para el futuro de la región.

Hasta el 17 de diciembre de 2014, a ambos lados del estrecho de Florida se manifestó lo que parecía una interminable espiral, con ciclos de crispación y otros de aparente acercamiento entre los dos gobiernos.

En una alocución televisiva este mediodía, Raúl Castro anunció que ambos países, en un diálogo de alto nivel que incluyó una conversación con Obama, lograron avanzar hacia la solución de temas de interés común.

A la vez, propuso a Estados Unidos adoptar medidas mutuas para “mejorar el clima bilateral y avanzar hacia la normalización de los vínculos entre nuestros países, basados en los principios del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas”.

“Como hemos repetido, debemos aprender el arte de convivir, de forma civilizada, con nuestras diferencias”, concluyó.

Por su parte, Obama precisó que las medidas para mejorar la hasta ahora tormentosa relación no excluyen “un apoyo fuerte de Estados Unidos para que haya mejores condiciones de derechos humanos y reformas democráticas en Cuba”.

“Ha llegado la hora de un nuevo enfoque”, dijo y anunció la reapertura de su embajada en La Habana y visitas mutuas de alto nivel, pero insistió en que los esfuerzos de Washington “se enfocan en promocionar la independencia de los cubanos para que no tengan que depender del Estado cubano”.

Además de las acciones con proyeccion económica y social, una de las medidas de mayor impacto es el anunciado proceso de revisión sobre la implicación de Cuba, según Washington, en actividades de apoyo al terrorismo internacional.

Cuba, que fue incluida desde 1982 en esa lista, no ha cesado de calificarla como una medida absurda y reclamar su exclusión, que en las actuales circunstancias facilitaría normalizar la relación de su Sección de Intereses con instituciones bancarias.

Salvo versiones sin confirmación oficial de que ambos gobiernos mantenían contactos secretos, nada permitió hasta ahora avizorar un avance de tal magnitud hacia el deshielo entre ambos enemigos ideológicos.

Pese a una menos apasionada retórica de mutua descalificación, los obstáculos en las últimas décadas parecían inamovibles para solucionar un diferendo entre dos rivales enfrentados en un candente y prolongado debate.

El año 2015 se avizoraba como uno más en el que nada cambiará entre los dos enemistados vecinos, sobre todo después que los republicanos, con varios legisladores anticastristas irreductibles, volvieron a tomar en noviembre pasado el Congreso.

En las últimas semanas, el diario The New York Times abogó en editoriales por una normalización de las relaciones, el cese del embargo y el intercambio de los tres agentes cubanos y el contratista estadunidense, entre otras propuestas.

Las perspectivas de un acercamiento gradual Cuba-Estados Unidos en 2015 parecen haberse consolidado y América Latina, y en general la comunidad internacional, han saludado con inocultable entusiasmo la desaparición de un viejo anacronismo.

A %d blogueros les gusta esto: