Cambio climático afecta especies en Tabasco

En Tabasco hay cerca de 70 especies amenazadas, en peligro de extinción o que ya no se avistan en los ecosistemas por la alteración de microclimas, como la tortuga blanca, el tapir, zopilote rey o la caracara comecacao, señaló la agrupación Ventana Ambiental.

El presidente de la organización ecologista, Samuel Olán Pérez, indicó que de acuerdo a investigaciones en instituciones universitarias, el cambio climático ha impactado más que lo antropogénico en las especies de la región.

En entrevista con Notimex, el biólogo egresado de la UNAM expuso que se integró un compendio o “lista roja” de organismos que han registrado cambios en su hábitat, que para los humanos puede ser imperceptible, pero que ocasionan migraciones, extinciones o amenazas para la supervivencia de especies animales.

“Por ejemplo se habla que en Tabasco aún hay tapir, pero en realidad ya no está en ninguna parte de ecosistemas en Tabasco, ni en Campeche, el único que hay está en el zoológico Miguel Ángel Álvarez del Toro, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas”, apuntó.

En el caso de las aves, refirió que el zopilote rey, de plumaje blanco y negro, de cabeza y pico colorados con negro, ya no se avista en Tabasco.

“Probablemente ya está extinta de los ecosistemas naturales de Tabasco y eso básicamente por el cambio climático y por las actividades antropogénicas”, dijo.

Ese cambio en los hábitat, abundó, ha desestabilizado también poblaciones de reptiles, pues en temporadas de sequías con altas temperaturas, afecta los huevos y ocurre un desequilibrio en su población.

Además, sostuvo, la actividad antropogénica como la construcción de drenes, caminos o elevación de terraplenes en distintas áreas propicia un cambio en el patrón de las corrientes y en consecuencia de los ecosistemas.

“Hace 50 años fueron devastadas las selvas e incluso hubo una comisión de desmonte nacional. En Plan Chontalpa y Plan Balancán-Tenosique hubo devastación y sólo quedan reductos en la zona de Huimanguillo y de manglar en la costa.

“En el caso de los manglares, son cuneros de especies marinas que llegan a reproducirse, a desarrollarse las crías para regresar al mar y reiniciar el ciclo”, apuntó.

El presidente de Ventana Ambiental, que desde 1996 aglutina a especialistas que divulgan la ciencia en relación a la biodiversidad, añadió que al afectar el calentamiento global a los microclimas, las especies pueden desplazarse si su hábitat es grande.

El problema es para las especies con superficie reducida, por lo cual su desarrollo normal es alterado al igual que su sobrevivencia.

Destacó que en el caso del jaguar, aún se avista en zonas selváticas en Tenosique, pero a pesar de que su reproducción no es complicada, el ser humano opta por eliminarlo al verse amenazado.

La tortuga blanca, apuntó, se estima que quedan unos mil 500 ejemplares “y ya es dramático cuando se puede contar cuántos ejemplares quedan de una especie”.

Otras especies como la guacamaya roja o el loro cabeza amarilla también están en peligro de extinción en Tabasco, al igual que especies menores como los ocelotes, tigrillos o el mono araña por la modificación de su hábitat.

También quelonios como la mojina, pochitoque, tortuga joloca o el ave caracara comecacao, que se presume probablemente extinta.

La zona estatal más susceptible al cambio climático, apuntó, es la costera y 50 kilómetros adentro de la zona continental tabasqueña, pues investigaciones de la UNAM y la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) coinciden con simuladores que habrá inundaciones por ingreso del mar.

“Los planes y programas de protección deben orientarse a proteger no solo a la población humana, sino a la diversidad biológica en la zona para hacerse un amplio programa”, consideró.

Refirió que cuando se inundaron superficies de tierra para crear la presa Chicoasén, en la zona alta de Chiapas, cuyas aguas fluyen hacia la planicie tabasqueña, hubo rescate de la gente, pero también de especies.

“Pero en este caso de la entrada del mar en pocas décadas, ese rescate tiene que ser más grande”.

Olán Pérez ejemplificó la existencia de zonas costeras en Tabasco que han sido ya arrasadas por el mar, como Boca de Panteones o El Alacrán, donde la carretera inter-costera ha desaparecido.

A %d blogueros les gusta esto: