No cuentes calorías, cuenta nutrientes

En este alocado mundo moderno en el que vivimos, no podemos negar que un interés generalizado es el de lucir saludable. Que conste que dije “lucir” saludable. No “ser o estar” saludable. Claro, hay sus honrosas excepciones que desean el bienestar más que la imagen, pero desgraciadamente la mayoría asociamos esto de ser saludable con una figura esbelta, estética y en ocasiones también atlética.

Créanme. Ser flaco no significa ser saludable. Mi premisa coloquial es la siguiente: “come saludablemente y el cuerpo tomará la forma que tenga que tomar”. Por lo regular es una excelente forma y si haces ejercicio aún más.

¿Por qué mi comentario? Pues porque en ocasiones amigos, conocidos y demás seudoexpertos nos dan consejos para lucir delgados, pero por dentro estamos sometiendo al cuerpo a una verdadera emergencia por compensar excesos y/o faltantes. Por supuesto que el cuerpo nos pasará la factura más adelante.

Este tema me recuerda al marchista italiano que en 2012 fue expulsado por doping de las olimpiadas. Con lágrimas en los ojos confesó su dopaje y que lo había escondido de amigos y conocidos. Él ya había sido campeón olímpico en 2008, fecha en la que, dijo en esa ocasión, había competido con niveles de anémico.

La cuestión es simple: el hombre estaba cansado. Cansado de entrenar, cansado de  un tipo de comida…cansado de una imagen y cansado de la presión de ser campeón.  Se veía bien, pero no estaba bien en muchos sentidos.

Necesitamos  recordar la premisa básica: no se trata de ser gordos o flacos, necesitamos ser saludables, estar bien, sentirnos equilibrados y llenos de energía. Igual y somos unos cachetoncitos sonrosados, pero así somos, eso somos, ni hablar. Este absurdo asunto de contar calorías no va  de la mano con una ingesta de nutrientes adecuada. Cuando recomiendo  a las personas que se coman dos aguacates al día, me ven con cara de susto y me dicen que van a engordar y les van a salir granos en la cara y en todos lados.

No es así, pero el punto es que ni siquiera se animan a intentarlo por miedo a perder la línea. ¿Confieso algo? No tengo la más remota idea de cuántas calorías tiene un aguacate, ni me interesa. Yo me lo echo con todo y hueso. Lo que sí sé es que necesitamos grasa para muchos procesos que realiza el cuerpo. Nuestro cerebro y el sistema nervioso necesitan grasa saludable y qué mejor que la de un aguacate.

Así les puedo dar mil ejemplos de alimentos satanizados ; por miedo evitamos algunos alimentos que en realidad son altamente benéficos. En ocasiones nos dejamos llevar por creencias o por lo que le funcionó a la amiga o amigo.

La vida de nuestro cuerpo no se cuenta en calorías, se cuenta en nutrientes. A los órganos no les interesa el gramaje de un alimento, les interesa el contenido enzimático que los regenera. Que tu interés sea tu salud, tu bienestar. Recuerda que el cuerpo es sabio: él sabe lo que tiene que hacer.

Gracias por leerme. Estamos en contacto la próxima semana con más de alimentación alcalina y trofología. Estoy a sus órdenes en el correo abhayatobon@gmail.com

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