Chignahuapan: esperas todo el año

Las esferas del municipio de Chignahuapan dejaron de ser un adorno exclusivo de la temporada decembrina y se convirtieron en una decoración para cualquier temporada del año, debido a la amplia gama de diseños, formas y colores que realizan sus creadores.

En la puerta de entrada a la Sierra Norte de Puebla se encuentra el municipio de Chignahuapan, a 98 kilómetros de la capital del estado, donde las montañas, árboles frondosos de coníferas y cielos nublados son la estampa que más se repite a los ojos de sus pobladores y visitantes.

Zully Herrera Olvera, creativa y propietaria de Esferas Boutique Navideña, relató cómo fue innovando el diseño de las tradicionales esferas navideñas en exclusivos modelos para presumir en casas, oficinas o negocios durante cualquier temporada del año.

Ella conoce del negocio desde hace 16 años apoyando a su padre, pero desde hace un año decidió ofrecer a sus clientes nuevos diseños, formas y colores, mismos que han sido bien aceptados por compradores nacionales y extranjeros.

La elaboración de una esfera, una artesanía de vidrio soplado, comienza desde el globeo, se le inyecta nitrato de plata, se escurre, pasa al horno de pintado, se decora, se recorta, se encasquilla y se empaca.

Suena sencillo, pero las condiciones de trabajo son difíciles para los artesanos porque no puede haber ventilación en los talleres ya que la esfera se pica y no sirve.

Además, los trabajadores deben protegerse de no inhalar los solventes que se emplean para el plateado, pintado y decorado de la esfera.

En uno de los tres talleres con los que cuenta Zully Herrera, encontramos a María Dolores Hernández Pérez, una mujer de aproximadamente 45 años de edad, quien trabaja de 08:00 a 18:00 horas, de lunes a domingo, en el globeo de la esfera.

Dolores desde hace 20 años se dedica a esta artesanía que distingue a Chignahuapan; antes se dedicaba al cultivo en el campo junto con su familia, pero decidió aprender a elaborar la esfera, lo que le ha ayudado a mantener a sus hijos.

Teresa Ramos Hernández se dedica al plateo, para ello se requiere de nitrato de plata con un reactivo, y sobre esta sustancia se hunde la esfera, se sacude, se remoja en agua caliente para retirar todo residuo y se deja escurrir.

A decir de Herrera Olvera, en este municipio actualmente sólo cinco talleres realizan el plateo de la esfera de manera rudimentaria, lo que permite que la esfera tenga un mejor acabo, dure más y los diseños se aprecien mejor.

Para este proceso, y a fin de abaratar costos, las fábricas se apoyan con metalizadoras donde colocan miles de esferas en unas estructuras conocidas como arañas, las cuales cierran al alto vacío y pintan las esferas con aluminio, no con nitrato de plata.

Se pasa al horno de pintado donde encontramos a Manuel Rivera, quien al día pinta en promedio cuatro mil esferas. Los colores que en esta época navideña prevalecen son fiusha, plata y azul turquesa, pero también pintan las tradicionales esferas rojas, doradas, verdes y azules, entre otros.

En el área de diseño se utiliza sosa y un plumón para que se deslave el área de la esfera que desea remarcar.

Una vez obtenido el diseño, se mete a una cubeta con agua limpia para eliminar todo rastro de sosa, ya secado se remarca con pegamento blanco y posteriormente se baña de diamantina y así dar forma al diseño.

Al día se decoran cerca de 50 esferas de tamaño grande y cuando son esferas chicas se llegan a decorar hasta mil esferas diarias, pero si el diseño es más laborioso como la figura de un nacimiento, sólo se hacen 30 esferas.

El costo de una esfera del número 6 (el tamaño más común con la que se adorna un árbol de Navidad) tiene un costo de seis pesos, y ya con ganancia es de 10 pesos.

Actualmente los empaques conocidos como prismas, con 24 piezas del número 6, tiene un costo de 225 pesos. La experta refiere que 24 piezas son suficientes para adornar un árbol de 1.50 metros de alto y esquinado.

Hay gustos para todo tipo y para diversos bolsillos, desde un par de aretes con un costo de cinco pesos, así como la caja de esfera con nueve piezas del tamaño mini con un valor de cinco pesos, hasta el arreglo más suntuoso que podría ser una vara de jarilla adornada, una base de madera, una base de metal que tiene un costo aproximado de dos mil pesos.

Zully Herrera comentó que la innovación de este año es la creación de esferas, palomas y huevos de pájaro en esfera transparente, las cuales se rellenan con plumas naturales de águila, gavilán, paloma o de cualquier otro tipo de ave, pero también se rellenan de “deseos”, que son letreros con palabras como amor, paz, amistad, fortuna, etcétera.

Estas innovaciones forman parte de la estrategia para mantenerse en el mercado, ya que la mayoría de las tiendas ubicadas en este municipio serrano ofrecen lo mismo y, con el propósito de distinguirse entre sus clientes, es que elaboran nuevos diseños.

Emplean todo lo que ofrece la naturaleza como ramas de pino, piñas, ixtle, zacate, fibra de maguey y estructuras de madera que se producen en la localidad.

“De enero a julio ofertamos esferas temáticas, personalizadas, y para eventos sociales, ya que la temporada más fuerte del año es de agosto a diciembre con la venta de esferas navideñas”, dijo Zully.

Su artesanía la han solicitado grandes consorcios como tiendas comerciales y supermercados, pero no le interesa llegar a dichos puntos de venta, a fin que los turistas nacionales y extranjeros visiten Chignahuapan y disfruten de todo lo que ofrece, externó.

Esferas Boutique Navideña se ubican en el Centro del municipio, sobre Boulevard Díaz Ordaz #15, y también se puede visitar su página en redes sociales como Boutique Navideña.

José Carmona León, director de Turismo municipal de Chignahuapan, dio a conocer que la elaboración de la esfera de navidad en Chignahuapan comenzó en el año de 1970 cuando el señor Rafael Méndez, originario de Tlalpujahua, Michoacán, decide instalarse en este municipio.

Comenzó a trabajar con 10 empleados y con el paso del tiempo logró tener hasta 100 trabajadores, quienes comenzaron a tener su propio taller en sus casas.

Actualmente, Chignahuapan cuenta con seis fábricas de esferas debidamente registradas y cerca de 450 talleres en domicilios particulares.

En promedio los artesanos de Chignahuapan ofertan cajas de esferas que van desde 10 pesos hasta 300 pesos, y al año se producen cerca de 80 millones de cajas de esferas de diferentes tamaños, lo que coloca a Chignahuapan como el productor número uno a nivel nacional.

A este municipio serrano llegan visitantes de estados de la zona centro, de la frontera norte del país y algunas comercializaciones en Estados Unidos y España, sin considerarla como exportación, sino más por el fenómeno de migración.

La exportación del producto es difícil, principalmente por el embalaje ya que hay que cuidar por todos los medios que no haya tanta merma y las piezas lleguen completas a sus destinos finales, señaló.

Mientras tanto, en los talleres los trabajadores continúan su labor concentrados, entre el calor y la esperanza de tener otro buen año.

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