Opinión

¿Qué es salud?

Prem Abhaya
Trofóloga INAT
Om Shanti Center

Ustedes no me podrán negar que está de moda “ser saludable”, frase extraña y amplia que equivale a muchos y variados esfuerzos. Por ejemplo, si llegamos a una comida, reunión, fiesta, cafecito o a la oficina misma, hay alguien, al menos una persona, que está haciendo algo por mejorar su estilo de vida.

No falta el adolorido que entró ya al gimnasio, el que quiere dejar de fumar –aunque me parece que éstos son los menos- , el que con mano temblorosa está abandonando su idilio con los cafés matutinos y por supuesto el que quiere que la famosísima y mexicana dieta “T” quede en el pasado.

También está el que se ha volcado no sólo a atender al cuerpo, también la mente y al propietario de todo ello, el espíritu. Y ahí anda el que está iniciándose con el yoga, el que está tratando de encontrarle el chiste a ir a la meditación, al que le hablaron del thetahealing y ya fue a ver qué le hacían y por supuesto no puede faltar el que asiste a sesiones de reiki.

Estos son algunos conceptos a lo que se refiere la generalidad de la frase “ser saludable”. ¿La meta? Elevar nuestra calidad de vida.

Llegar a los años que tengamos que llegar, con los menos achaques posibles, lo más sanos, lo más enteros, lo más atléticos, lo más rejuvenecidos, lo más bellos, lo menos resentidos, lo más agradecidos…en resumen, lo más felices.

Sin embargo, no hay que perder de vista que todo camino, incluido éste, es largo y hay que andarlo paso a pasito, sobre todo en el inicio. Baby steps. Tomarlo sin prisa. A fin de cuentas, el gimnasio no va a huir despavorido de un día para otro y las lechugas y los jitomates no se van a ir del país.

Se habla de que aquél que quiere trabajar en su espiritualidad, siempre empieza por el cuerpo. ¿Por qué? Porque el cuerpo es la vivienda, la casa, el transporte, y el hogar que alberga nuestra alma. Es lo básico, y si no comenzamos desde ahí, ¿cómo es que queremos acceder a otras esferas?

Si el cuándo ya está decidido, ahora fíjense en el cómo hacerlo. Y para saber el cómo tienen que preguntarse ¿cuál es la finalidad de lo que estoy emprendiendo? ¿Buena imagen o mejor salud? ¿Satisfacción personal o cuidado del cuerpo? ¿Amarme más? ¿Ser más atractivo al sexo opuesto? ¿Disminuir molestias o “achaques”?

No hay respuesta errónea, absolutamente todas son válidas. Lo que importa es saber qué quieren para saber qué tipo de actividad y sobre todo qué alimentación escoger. Ahí si hay elecciones válidas y no válidas. Puedes querer un cuerpo esbelto y si lo haces sin conocimiento lo vas a lograr, pero con un costo muy alto para tu salud y resarcir los daños puede causarte mucho tiempo y merma en la salud.

Tanto en el ejercicio, la meditación y sobre todo la alimentación, recuerda acudir con un profesional que ponga dedicación en su trabajo, pero sobre todo te atienda como te mereces, que a final de cuentas, en sus manos estás poniendo tu cuerpo, que alberga a un extraordinario ser de luz.

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