Alejandro Moreno y los espejitos que vendió en Puebla
El PRI se siente envalentonado, se siente con fuerza, se siente con vigor tras tomarse su viagra para competir en futuras elecciones.
¿Pero qué fue su viagra para tener mucha confianza rumbo al 2024?
Pues cuentan, que de entrada son los resultados electorales de 2021, su disque oposición para la reforma eléctrica que no pasó recientemente y las victorias que tendrían para este 2022.
Esa motivación electoral se concentra en una sola persona y se llama Alejandro Moreno Cárdenas, actual diputado federal del PRI y dirigente nacional de esta fuerza política.
¿Se preguntarán por qué el análisis previo?
Fue el jueves pasado cuando Alito Moreno llegó a una residencia exclusiva ubicada en el Boulevard Hermanos Serdán para reunirse con una serie de priistas locales.
No hubo helicópteros, pero sí hubo las camionetas de lujo que desfilaron poco a poco para entrar a esa vivienda, que ha sido testigo de muchos acuerdos políticos, incluso, acuerdos con el propio morenovallismo.
Fue una comida amena, no se permitieron particulares, solamente los involucrados que poco a poco escucharon el discurso de su dirigente nacional.
Cuentan los que saben, que Alejandro Moreno reconoció un secreto a voces; es decir, ser el candidato del PRI a la presidencia de México para el 2024.
En esa reunión, todos le aplaudieron, todos los veneraron y todos lo vieron como el tatanka que sacará a Morena del gobierno federal.
Sin embargo, los priistas que ahí estuvieron y que comieron como reyes, también se frotaron las manos, porque saben que si Alejandro Moreno es el candidato, mediante una alianza con el PAN y PRD, tendrán sobrevivencia política al menos 6 años más.
Diría el clásico: del plato a la boca, se cae la sopa, entonces Alejandro Moreno no debe vender espejitos y los priistas poblanos, no deben confiarse rumbo al 2024, pues para ello, faltan 2 años.
Hasta aquí mi reporte.
Recuerden escribir a chucholemus58@gmail.com
LA FRASE
Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios.
Abraham Lincoln
Por: Jesús Lemus
