Internacional

Joven británica logró escapar de un mundo de violencia

Aliyah oculta en su sonrisa un trasfondo de abuso y explotación, un patrón que expertos advierten que es demasiado común.

Por: Redacción | Foto: Archivo

Los primeros recuerdos de Aliyah no son de viajes familiares ni de osos de peluche, sino todo lo contrario, cuando tenía 10 años, ella vivía en una casa llena de traficantes.

Historias como la suya siguen un patrón clásico, dice Kendra Houseman, consultora en actividad criminal infantil: «Si el hogar no es un lugar seguro, eso los hace vulnerables a la explotación». Y advierte que hay muchas más chicas como Aliyah.

Aliyah recuerda que una vez la dejaron en su casa, sola. «Tenía 10 años y me quedé con todos estos traficantes de drogas en mi casa», cuenta. Siendo aún una niña pequeña, asumió que era su culpa, de alguna manera: «Honestamente, no sabía qué había hecho».

Hubo un visitante habitual de la casa, que notó que algo andaba mal. «Mostró un interés más genuino», dice ella. Él cuidaría de Aliyah. Se hizo su amigo y permanece en contacto con ella hasta el día de hoy.

Pese a todo eso, Aliyah trabaja, le gusta escribir poesía y está a punto de emprender estudios para convertirse en trabajadora social y poder ayudar a otros niños de la misma manera que Rowena, amiga de la infancia, la ayudó a ella.