De Judas y Mata Haris
Para traicionar, antes hay que ganarse a la víctima. Una vez que ésta te aprecie, te quiera, entres a su casa, comas en su mesa y sepas sus más íntimos secretos, entonces, clavas la puñalada por la espalda.
Leer másPara traicionar, antes hay que ganarse a la víctima. Una vez que ésta te aprecie, te quiera, entres a su casa, comas en su mesa y sepas sus más íntimos secretos, entonces, clavas la puñalada por la espalda.
Leer másEsta elección sería la mejor oportunidad para los priistas de cobrar todos esos pendientes en contra de Enrique Doger Guerrero.
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