De: Enfado

Nota del Editor: Los comentarios aquí vertidos son responsabilidad directa de su autor y no reflejan la opinión de En Vivo Mx.

Por: Alejandro Villegas

El enfado del ciudadano presidente pone en evidencia que está muy lejos de respetar la libertad de expresión, de comunicadores y orientadores de opinión, con lo que exhibe su poca tolerancia a la crítica.

Y de paso, incumple una vez más su promesa de respetar la libertad de expresión, esa en la que tanto se escuda desde Palacio Nacional para manifestar abiertamente todo lo que conviene a sus intereses.

Sus señalamientos y especulaciones en torno al ejercicio periodístico que en esta ocasión alcanzaron a Ciro Gómez Leyva, están enfocadas a otros personajes destacados como Joaquín López Dóriga y Carlos Loret de Mola, además de medios como Reforma.

Es claro que el ciudadano presidente no tolera la critica, ni a quienes no están alineados a su discurso, con lo que anula en los hechos la imagen de demócrata que pretende proyectar.

Y, en paralelo, alienta el odio y la descalificación sociales, en contra de los comunicadores, lejos de propiciar un diálogo respetuoso y en su caso, el esclarecimiento con hechos de los señalamientos que considera infundados.

Como en los mejores días de su prolongada campaña, el ciudadano presidente teje desde Palacio Nacional el esquema de un complot que solo existe en su mente, para ganar el respaldo del pueblo bueno, al presentarse como víctima de las circunstancias.

No hay duda, el panorama de cara a la elección intermedia, no es el mejor y el ciudadano presidente en su enfado, no busca quien se ha hizo, sino con quién distraerse.

Chivo expiatorio

Miguel Ángel Mancera aparece como el potencial chivo expiatorio del colapso de la Línea 12 del Metro.

A fin de cuentas, si hay que sacrificar a algún personaje ligado a la administración capitalina por el desastre, lo más conveniente es que sea alguien no ligado a Morena, para evitar la mancha.

Y quien mejor que el coordinador de los senadores perredistas, quien puede ser objeto no sólo de desafuero, sino de un proceso legal, que permita que la imagen de Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, permanezcan al margen y en consecuencia sus respectivos proyectos políticos.

Hágase la justicia en los bueyes de mi compadre, parece ser la consigna.

Redacción

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